Es hombre que debe su situación económica a sus propios esfuerzos. De una tenacidad e inteligencia dignas de destacar, desde niño se distinguió por su alto espíritu de superación. Incansable para el trabajo, se divierte también en forma que no destiñe como hombre “firmero” para ponerle cuando está en diversión; pero jamás descuida sus negocios. Eso lo hacía cuando más joven y no deja de charlar a grandes voces y cualquiera creee que el mundo se viene abajo cuando discute y “la revuelve”. Buenón para la fiestoca el galllo, señor. Tiene el gran mérito de haber amasado fortuna gracias a su empuje y tenacidad. Compró fundo e hizo construir una casa que es un verdadero palacete, a media cuadra de la botica Viveros. Ha tenido tienda a medias con don Benjamín Lavín, frente a don Gregorio Aguayo. Tienen buena clientela también.
Es de fácil palabra y capacitado; por eso no es raro que siga en su camino ascensional monetario. Así se lo deseo de todo corazón, porque hombres que son hijos de sus propias obras, como lo es él, merece destacarse en el círculo de personas de esfuerzo constante y valientes para el negocio.
El “Nene Hermosilla”, como le dicen cariñosamente, es un nene grandecito y que puede darles lecciones de trabajo tesonero a muchos ociosos que aún pululan por las calles de este bello Chile.
Ojalá aprendieran mucho estas lecciones de dinamismo y empuje, porque sólo así Chile se podrá levantar y crear él mismo los dólares que necesita.