Por: Gorart Villarroel
A 25 años del Sudamericano Sub-16 realizado en Cañete, este rescate busca poner en valor un episodio deportivo ignorado por los grandes medios, pero grabado con convicción en la memoria local.
A fines del siglo XIX, cuando se proyectaban los primeros trazados ferroviarios en el sur de Chile, la lógica indicaba que el trayecto más eficiente debía unir Concepción con Cañete, pasando por Arauco y Lebu.
Este exalumno tomó la palabra y dejó que la memoria hablara por él.
No buscó adornos ni elogios, sino contar desde el corazón. Lo hizo como quien, ya adulto y convertido en profesor, vuelve a mirar su infancia con respeto, con gratitud y con esa carga de nostalgia que sólo el tiempo sabe dar.
Sus palabras evocan una época que rescatan momentos, rostros y voces que siguen vivos en quienes compartimos la vocación de enseñar. Para quienes fuimos parte de esa historia, leer este recuerdo es volver a caminar por el patio, las salas y las emociones de la Escuela N°1 de Cañete.
Si alguna vez nos preguntamos qué huella deja una escuela… aquí está la respuesta.
Un retrato entrañable de José de la Cruz Miranda Correa, contado con humor, admiración y memoria por Alfonso Concha Acuña.
Pocos lo recuerdan, pero el 7 de mayo de 1947 marcó un antes y un después para la juventud cañetina hace ya 78 años.
En la tranquila calle Saavedra, entre Esmeralda y Riquelme, abrió sus puertas el Liceo Particular de José Miranda Correa, una institución nacida no desde el poder, sino desde la voluntad de un solo hombre: “Cucho”, como le decían sus amigos.
Por primera vez, muchos jóvenes del pueblo pudieron soñar con continuar sus estudios sin abandonar su tierra. Aulas sencillas, sí, pero cargadas de esperanza.
Por: Gorart Villarroel
El Orfeón de Cañete, fundado el 22 de noviembre de 1943, fue mucho más que una banda musical: se convirtió en una verdadera escuela de músicos y un símbolo cultural de la ciudad. Su fundador, don Juan Bautista Rebolledo, fue su director y también el formador de generaciones de instrumentistas que, sin una educación académica previa, aprendieron música en el propio orfeón.