ESTAMPAS DE CAÑETE

Alfonso Concha Acuña

DANIEL JANA LEVI

Tiene tantas facetas en su vida que no hallo cómo empezar, pues le traté muy poco. Lo sé un hombre muy emprendedor en su comercio, de brillante inteligencia, ve debajo del alquitrán, como se dice. No se le va una. No lo “carnea” nadie y es un peine para el negocio.
Su casa comercial semeja un Gath y Chávez en miniatura; ha tenido un gran optimismo y unos deseos enormes de que nadie tenga mejor su negocio ahí. Ha formado generaciones de empleados; los “atrinca” como queso; los eleva y los baja; los zarandea y cual otro Mecenas, a veces, cuando se daba sus farras, cuando era joven botaba el dinero a manos llenas; pero, Dios me libre que dejara sus “tomas” porque trataba de recuperar ese dinero gastado (que al fin de cuentas, bien gastado está) y se ponía él mismo a vender duro y parejo.
Tiene una personalidad bien definida y no le calla ni a Cristo. Une a su caballerosidad y don de gentes, su trato amable y sencillo, de una bondad abismante cuando está de buenas. Quiso estar más arriba del Club Social y construyó el gran teatro, al lado, con locales comerciales, desgraciadamente no anduvo bien la cosa, porque no tuvo colaboradores eficientes; pero el hombre es porfiado y sabe ; algún día hará triunfar la idea que tiene metida en la cabeza.
Me recuerdo que Pepe Reyes decía que nadie sale sin algo de la tienda, porque aunque sea perdiendo, él vende para que no vayan a otra parte; si no compran, al menos se llevan una buena “elevada”.
Ha formado a sus hijos en el yunque del pesado trabajo pueblerino y con paso cansino, pero seguro, sigue la ruta que se ha trazado.
Ha amasado su fortuna desde que en su juventud se sacrificaba vendiendo de a poco; pero es digno contarlo, porque sirve de ejemplo a una juventud colérica que cree encontrarlo todo hecho y que se “sacrifiquen los “viejos” (así nombran a sus padres los de hoy día) para ellos gastarlo. Don Daniel Jana Levis tiene la alegría de haber cumplido una gran misión de trabajo duro, pero fructífero.

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