ESTAMPAS DE CAÑETE

Alfonso Concha Acuña

EMILIO LARROULET IRRIBAREN

Es como un gerente en el segundo Banco de Cañete; allí van moros y cristianos a pedir “anticipos” por triguito u otra cosecha del campo. Él a todos atiende con solicitud y prontitud, sin que esto quiera decir que todos salgan contentos con las condiciones... Hay un criterio para cada cliente; no son todos medidos con la misma vara.
Representa en Cañete a la poderosa firma “Larroulet” y es una persona muy cordial; inteligente y sano de alma y de corazón, jamás ve la maldad en los semejantes. ¿Será porque está algo sordo?
De gran capacidad de trabajo, es honesto y querido por todos; cuando está de fiesta, con wiscasos, por ejemplo, en su casa, es muy cariñoso y cordialísimo; con igual don de gentes y simpatía, le acompaña su esposa, la señora Laura Lafontaine, la cual es cooperadora con toda obra social, deportiva y bomberil del pueblo y en su auto que hace volar por el pueblo, lleva la juventud bullendo en su corazón.
Don Emilio Larroulet es persona muy apreciada en toda la zona; a pesar de su juventud, ya es viejo amigo de muchos.
Tiene la “cachaza” del viejo y se hace “el lesito” cuando quiere saber de qué se trata; es como un niño en su alma blanca y llena de virtudes; pone una cara de niño inocente y regalón y obtiene lo que sea; con sus largos pasos y su cigarro casi permanente, se queja de su estómago y acude al bicarbonato bien tupido. ¿No sabrá que ambas cosas le hacen harto mal?
Modesto y cordial, digo para el negocio y apretado a veces, lleva viento en popa a su firma; no necesita sino de ayudantes competentes para salir a flote con su pesado negocio, donde tiene que poner tantas caras distintas...
Cooperador en el pueblo, gusta de la política y en el Molino antes había encerronas grandes y allí le cooperaba José Otondo. Conservador por tradición, no se pierde la Misa de los días festivos ni procesión que haya...
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