ESTAMPAS DE CAÑETE

Alfonso Concha Acuña

RAIMUNDO GARCÍA CASTILLO

Representa el pellín antiguo; de recia contextura, macizo y de grandes espaldas, es un honorable caballero.
Aunque algo sordo es entretenido para estar con él; impulsivo e inteligente, a veces es porfiado y aduce razones y más razones sin entregar la oreja.
Luchador con la vida, tuvo que imponerse para que lo designasen en la Municipalidad; tengo el placer de acordarme que lo defendí en la Asamblea Radical cuando no querían que se le nombrase; logré un acuerdo para obligar al Alcalde a que se le tomara en cuenta como correligionario, aunque parece tuvo el desliz de muchos, de aquellos que se llamaron radicales democráticos.
Es humano errar y todos pueden caer en lo mismo no sólo en política; un tropezón, dice el tango, cualquiera da en la vida. Y pensar que después que obtuvo su nombramiento se le juntaron como tres puestos para él solo; matadero, inspector de patente, de vehículos y no sé qué otros. Madrugador y ágil, a pesar de sus años es un ejemplo de personas sin reveses, leal y sincero; muerde sólo sus apreturas y saca fuerzas de la flaqueza; pero ahora ya está bien, porque se le reconocen sus méritos.
Su gran amigo es don Daniel Villagra; han compartido la misma mesa y tienen sus disgustillos pasajeros; nubecillas de verano; porque se aprecian de verdad y se ayudan cuando pueden. Eso sí que don Daniel no ha podido doblegarlo para que se vaya a la tienda política de él.
Ama a Cañete más que ningún otro. No tiene campos tapizados de sembrado y copihuales, pero, lleva en el fondo de su corazón a todo lo que respira "Arauco Indómito".
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