Profesor normalista que ha logrado sobresalir como un destacado elemento de bastante valor cultural. Desempeña sus labores docentes en la Escuela Normal de Talca y sobresale por ser un hombre sencillo, muy cordial, deportista 100% y tenaz para encimar sus obras.
Valiente para defender sus ideales políticos, ha esgrimido su pluma de periodista fogueado dando pruebas de una ironía y fino estilete, que ha hecho “fama”.
Me dicen que él fue el autor de una información en “El progreso” de Cañete (Periódico comunista) cuando en uno de sus periodos era Alcalde Cucho Miranda, se lo llevaba nada más que fuera de la localidad, generalmente en Concepción y aparece del suelto de crónica en Vida Social que decía: “ De paso en ésta, el Alcalde de Cañete, don José de la C. Miranda”. Yo creo que nadie que sabía esto dejó de celebrarlo de buena gana. Me imagino que hasta el señor Miranda ha debido reírse, pues es bueno para hacer bromas y para recibirlas.
Ricardo Altamirano es un ilusionado; siempre anda soñando en la distancia y eleva su espíritu a regiones que otros no se atreven. Tiene alma de poeta y es un romántico de cuño moderno, según lo catalogo yo, en mis humildes saberes de filosofía. Buen compañero con sus colegas, desprendido y colaborador, sabe ser un elemento de valor dentro de la colectividad en la que se desenvuelve, pues es inteligente y serio; sobrio y buen amigo. Llegará muy alto en la carrera de profesor, pues se preocupa de estudiar y ser más y más. Eso debe ser todo hombre que quiere pesar en el conglomerado social; que vibra y puede ser un parlamentario de lujo de su partido.
